Sin Reflejo


Artículo de opinión publicado en Listín Diario en fecha 16 de enero de 2011


PIENSO Y ESCRIBO
Sin Reflejo
Iranna Flaviá Luciano


Muchas personas tienen como mejor amigo el espejo, otras por su parte lo tienen como método de consulta para casos aislados.


Lo cierto es que el espejo generalmente nunca miente, y su reflejo proyecta una imagen lo más apegada a la realidad posible.


Por causas ajenas a nuestra voluntad lo dejamos de lado, no dedicamos tiempo a observarnos, por esto no es posible decodificar el mensaje que nos quiere transmitir.


Uno de los problemas que proyecta en algunos casos es el del sobrepeso y la obesidad, factor que no deberíamos pasar por alto tratándose del tema salud.


Vivimos en una sociedad a impulso y a todo vapor, donde fruto del ya la calidad de vida se está viendo afectada.


Lo que me pregunto es: ¿Cuándo dejamos de interesarnos en nosotros mismos para dejar de lado a nuestro amigo especial el espejo? ¿Acaso rindiéndole culto al tiempo estamos adorándonos más a nosotros mismos?


Para amarnos necesitamos del buen tiempo, de aliarnos a la crítica constructiva, de exigirnos perfección en todo, y revestirnos de la coraza de la voluntad.


La voluntad es la que mantendrá la puerta cerrada cuando los malos hábitos insistan en irrumpir.


Si nos pasaran un video del diario de nuestros hábitos, nos sorprendería ver como a veces traspasamos los límites.


En tiempos donde la vida sedentaria parece haberle ganado la batalla a las buenas rutinas, debemos de concientizar sobre lo que comemos, dedicar un tiempo especial para ejercitarnos y beber agua.


La visita donde un médico endocrinólogo es precisa en los casos en que nuestra resistencia metabólica se haga presente.


No es sólo dejarnos arrastrar por lucir una buena imagen, y tentarnos para conseguirlo en elegir métodos peligrosos; será la autoestima la que se verá fortalecida.


Dedicar tiempo para disciplinarnos es sinónimo de larga vida.

La Diversión del Ruido


Artículo de opinión publicado en Listín Diario en fecha 8 de enero de 2011

La diversión del ruido
Iranna Flavia Luciano

¿Cuál es la diferencia entre escuchar música y romper la barrera del sonido?

Ciertamente por costumbre muchos dominicanos hablan y escuchan muy alto; a veces por familiaridad no logran caer en cuenta de estos detalles.

Lo que hoy retratamos es el problema cultural que está afectando a algunos ciudadanos, expuestos a la necesidad de aquellos que disfrutan del escándalo.

Qué molestoso resulta escuchar un cóctel de música que no se ha pedido, a tal intensidad y en cualquier horario.

No es como digerir los conciertos que pagamos a nuestro gusto. Tanto las buenas como las malas costumbres se arrastran y se confirman de generación en generación, cuando se toleran y no se establecen los controles necesarios.

El ego interviene en algunos individuos que se creen más aceptados en su medio, cuando el ruido que producen es tan potente que podría hacer explotar hasta un tímpano de hierro.

Por alguna razón, comer, dormir y rezar, tres de las cosas más importantes en la rutina diaria de un ser humano exigen de máximo silencio.

El tono en el que se habla y la forma como se conduce el individuo delata su formación familiar; la sociedad es la que permite que ciertos comportamientos se abolan o no.

El derecho a que una persona quiera desconsiderar su salud física y emocional cuando escucha música a todo volumen puede respetársele, siempre y cuando lo haga en soledad en la cima de la montaña.

Muchos problemas a causa de esta incomodidad le ha ocasionado daños a terceros cuando a esto se suma el exceso de alcohol.

Aprovechemos este nuevo año para fomentar el amor al prójimo, para dedicarnos a vivir en una sociedad civilizada y a imitar a aquellos que saben hacer las cosas bien.

La única condición a la que todos tenemos derecho sin distinción alguna, es a vivir en armonía.

La educación es el 100%


Artículo de opinión publicado en Listín Diario el 10 de diciembre de 2010

PIENSO Y ESCRIBO
La educación es el 100%
Iranna Flaviá Luciano

“De buenas intenciones está lleno el cielo” dice una cita que nos hace entender que muchas cosas a veces no son como las esperamos.

Y ciertamente eso que esperamos, y que a veces no se manifiesta en el tiempo indicado, es lo que termina por invalidar las expectativas.

Siempre al formularnos una expectativa muy elevada es indispensable estar más apegados a la realidad que nunca, ya que de eso dependerá qué tan satisfechos o desilusionados nos encontremos al chocar con la realidad.

La educación es la base para que todos los pueblos progresen, un ser humano sin educación es prácticamente inoperable, camina por senderos a plena luz pero sin ojos.

Y qué decir de las naciones, ¿qué sería de ellas sin educación? ¿Acaso podrían lograr su desarrollo?

Hace poco oí una persona preguntarle a otra que ¿por qué no levantaba su bandera, o se vestía de amarillo en apoyo al 4%? A la cual la otra respondió que “solo apoyaba la educación.”

Si importante es apoyar la educación, más relevante será apoyar aquello que tiene una buena zapata.

Para lograr una buena zapata es preciso contar con la inversión, pero ¿de que sirve la inversión si no se ha planificado, ni se ha esquematizado un levantamiento de necesidades?

Es como aquel que gana la lotería, en una coincidencia con la suerte sólo sabe que tiene el dinero, sin tener claro en qué necesita gastarlo.

Elevar voces y unirse para lograr una buena causa es necesario. Así como se necesita de la voluntad para que se asignen recursos para la educación, se necesita también fortalecer áreas tan importantes como la salud y la seguridad ciudadana.

Si pudiéramos elegir, pediríamos la asignación de un 100% para la educación, un 100% para la alimentación, un 100% para la salud, y que lo demás sea una simple lógica matemática.