Mentiras convenientes


PIENSO Y ESCRIBO
Mentiras convenientes



Iranna Flaviá Luciano
Artículo de opinión publicado en Listín Diario, 22/05/2011

Es difícil de entender qué motivos llevan a una persona a decir sí o no, para luego cambiar de posición y decir lo contrario. Salir airoso de una situación sin importar qué mecanismos se utilicen, está convirtiendo las mentiras en convenientes y las verdades en inconvenientes. El mentir en un mundo que todo lo justifica está formando parte del diario vivir. Si una persona se detuviera a contar cuantas mentiras dice, se sorprendería al saber que casi todo su día ha sido una. Hay otro de los tipos del ocultar que por sus síntomas se comporta como una mentira, y son las verdades a medias. Éstas comunican la mitad de aquello que es imposible esconder, y el resto se resguarda bajo la sombra de lo anterior.

Son muchos los calificativos que suelen adjudicarle a los sinceros y a los que viven de la ficción; a los primeros inaceptables, y a los segundos divertidos, sociales. Pero, ¿para qué sirve decir mentiras?, ¿acaso tendrán alas tan largas que les permitirá volar más allá del cielo?, ¿ignorarán que hay realidades que en su momento serán inminentes? Nuestra cultura sufre del temer enfrentar la realidad, cree que cuando tergiversa evita el golpe. Se apuesta a la buena memoria, y a que lo establecido se mantenga. A que aquello que se ha dicho nunca afectará a terceros, y a que los intereses se mantendrán de su lado. Muchas sociedades cuentan con un modelo donde mentir tiene reacciones, en esos lugares nada es simple, todo tiene un peso que es mejor no cargar. En esas sociedades por ende se respeta mucho el derecho a que se conozca la verdad y nada más que la verdad. Lo bueno nunca pasa de moda, por lo tanto decir verdades aunque no convengan, será tan admirado como lo escaso.

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