Hablar de frente


Puntos de vista 23 Septiembre 2012


PIENSO Y ESCRIBO
Iranna Flaviá Luciano
Todo aquel que teme enfrentar su realidad choca con ella. La única cara que
tiene hablar de frente goza de mucha impopularidad.
Nuestra determinación hacia la vida no nace de aquello que decimos ni
prometemos, sino de lo que hacemos.
En aquello que evitamos hacer se encuentra el punto crítico de cada cual,
es lo que se retiene pero que derrama.
Si pudiéramos observarnos internamente nos miraríamos en tres partes
desiguales: Pasado, presente y futuro. 
El pasado definido como nuestro dinero en cuenta de ahorros a plazo fijo,
pero que en cualquier momento puede ser retirado pagando la penalidad. 
El presente aquello que seguimos o modificamos del pasado; y el futuro lo incierto,
pero en definitiva la mezcla de todo.
Cuando pretendemos apropiarnos de identidades ajenas, buscamos convencer a los
demás de que somos mejores de lo que parecemos.
A la hora de expresarnos, cada palabra, tono de voz, definen quienes somos y que
 sale de nuestro control.
Puede que las palabras vayan y vengan, pero si el diálogo no es real su
confiabilidad durará por muy poco tiempo.
Me pregunto, ¿de qué nos sirve calzar un zapato de dos tallas más grande? 
Para no pasar frío una de las imprescindibles son las sábanas, que para surtir
efecto tienen que coincidir con nuestro tamaño. 
El tiempo es el mejor recurso para demostrar quienes somos, eso no se logra
a la ligera ni con la simple descalificación, hace falta la aprobación de los más letrados.
A caminar se aprende, que bonita es la vida cuando nos encontramos hablando
de frente con aquellos que si saben hacerlo.

El arte de la humildad


Puntos de vista 8 Septiembre 2012

   


PIENSO Y ESCRIBO
Iranna Flaviá Luciano
De ego no hay nada escrito, la parte simple del ser humano es la humildad.
Cuando se trata de ser tú, basta con actuar sin mirar a quien.

La humildad es la condición del ser humano que emerge en los momentos de
mayor complejidad; no proceder acorde a ella nos somete al juicio simple.

Ésta no tiene que ver con decisiones, todos por nuestra condición de humanos
merecemos ser tratados justamente, como nos gustaría que nos trataran, con
respeto a la dignidad.

Una fibra muy sensible de nosotros queda expuesta por la forma como
procedemos. La humildad no tiene que ver con confianza, pues sólo las
experiencias nos dicen en quien creer.

Los años nos van dando unas herramientas esenciales en las situaciones
de crisis: el beneficio de la duda y la observación callada... sin contaminación.

Las actuaciones siempre se evalúan como reacción, no como defensa ni
 precaución. Nunca será lo mismo actuar con lo que tenemos, que con
 aquello que no teníamos.

En la falta de humildad encontramos apego, que no es más que el miedo
a perder el objeto de nuestra seguridad; también la defensa de causas ajenas
a nosotros.

Nos ancla y nos ayuda a reflexionar tomar como referente que en nuestros
días un día todos moriremos; que la vida es efímera.

Hacer el bien y saber manejarse al final es lo que cuenta, esto nada tiene que
ver con debilidad ni con la falta del cumplimiento.

No tenemos nada, sólo la vida, y es prestada; al amigo lo probamos en las
desventuras.

El arte de la humildad nos enseña que el mundo es la lucha constante por
 aquella supremacía que sólo la tiene Dios, y que las personas son ellas y sus
circunstancias.