Cuestión de amistad


Puntos de vista 21 Octubre 2012


PIENSO Y ESCRIBO
Iranna Flaviá Luciano

La crisis de amistad surge en algunas personas dependiendo de
cómo cambian los tiempos.

Hay  épocas en las que el ser humano no necesita de la compañía
de los demás, pues las tiene todas.

Es en ese instante cuando nacen en su mayoría aquellos que dicen
llamarse amigos, se suman buscando coincidencias en la infancia, en
el trabajo y estudios.

En el desarrollo de esa simpatía llegan a sentirse tan cómplices,
que hasta llevan anotaciones del mínimo detalle sobre gustos y preferencias.

Cuando las condiciones cambian, son esos mismos que gritan por su falta
de respaldo y compañía.

No tardan en llegar a hacer leña del árbol caído, y de repente les deja de
parecer interesante tu vida, tu salud, y tus finanzas. Atrás quedaron palabras
como: Me haces falta, eres mi mejor amigo, y los beneficios que se recibieron
a cambio de esa amistad.

 Son las clásicas personas cambiantes que llegan a ti en el momento en
que más les conviene. Cómo identificarlos? Simple, cambian su actuación
dependiendo de lo que consiguieron o no. Si antes eran íntimos, ahora pasan
a ser simples conocidos.

En cuanto al trato, si antes te ovacionaban, te colocaban alfombras rojas
y luces para que caminaras, ahora te las retiran contigo de pie. Todo pasa
a ser bélico, y emerge el personaje del malo favorito en las conversaciones de
grupo.

Lo anterior nos lleva a reflexionar que no todo el que se acerca sin conocer
sus intenciones puede ser considerado como amigo. La amistad al igual
que el vino nos revela en el tiempo que tan dulce o tan amargo puede ser
el trago de una bebida que pudo haber sido exquisita.

En cuestión de amistad se pone a prueba que tan amigos somos de
nosotros mismos.

Oraciones contestadas


Punto de vista 7 de octubre 2012

PIENSO Y ESCRIBO
Iranna Flaviá Luciano
No existe una sola hoja de un árbol que se mueva o caiga sin que
Dios antes lo consienta. Algunos encontrándose en pleno uso de sus
facultades se les olvida que existe Dios.

La visión que llegan a tener respecto a él surge como un paño de lágrimas,
para el momento de necesidad.

Ciertos lo claman para ser vistos en la iglesia, otros para aquietar viejos
sentimientos de culpa.

Algunos entienden que por medio a la fe pueden lograr subsanar la maldad
de su corazón y llegar a ser aceptados por la sociedad.

Creen que pueden convencer de que están hechos de un mejor material.

Hacen ver que entre el cielo y la tierra son los iluminados, y como el santo
profeta Moisés, son los encargados de llevar a los fieles a la tierra prometida.

Lo cierto es que en algunos casos por su discurso interminable, podemos ver
como se maneja mucha falta de sinceridad.

Para los mansos de corazón no hace falta presumir de Dios, de antemano
están convencidos de que son obra y gracia de él.

Se reconocen como obra imperfecta, saben que para hacer el bien solo
basta con actuar como Dios espera que lo hagamos.

Están conscientes de que existe el mal, pero aún conociendo las estrategias
para llevarlo a cabo, se apartan de el, le temen a Dios y evitan provocar su furia.

Para Dios no existe nada oculto, conoce nuestros planes desde antes de nacer.

La manera como Dios nos prueba siempre permanece oculta, se revela así
como célula cuando llega a ser órgano, y conocemos sus funciones vitales.

Las oraciones contestadas son como la oruga, que llegado el tiempo abre sus
alas y emerge como mariposa.