Apariencias

Puntos de vista 25 Enero 2014
Iranna Flaviá Luciano


http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2014/1/25/308206/Apariencias

Existe un refrán muy conocido por casi todos que dice
“Dime de qué presumes, y te diré justamente de lo que adoleces”.

El siglo XXI se ha caracterizado por ser una época interactiva y
visual.

La razón fundamental se generó a raíz de satisfacer una necesidad
de siglos; estar más cerca en tiempo real.

Para esto fue creada la Internet, y con sus avances posteriormente
surgieron las redes sociales.

Estas herramientas no sólo le permitieron al usuario localizar
y mantener contacto con relacionados de antaño, sino también
contar con los recursos de voz, data y video para poder
comunicarnos con personas de los lugares más remotos.

En la actualidad el uso de estas vías virtuales es lo más
parecido a un mercado, por sus actividades de oferta y
demanda.

No es coincidencia el esmero con que se preparan los mejores perfiles,
para exhibir seleccionadas vestimentas, lugares, comidas y momentos.

No fue en vano el descubrimiento de que el cerebro reacciona
más rápido, y memoriza y cree en tiempo récord aquello que
percibe.

Es por este motivo cual carro de lujo que se exhibe,
que actualmente está de moda mostrar rostros con
sonrisas de felicidad desbordantes; al parecer la alegría
convence.

Viajes, cenas, recorridos, pertenencias, ostentaciones que
no hacen más que poner en evidencias por su insistencia
necesidades insatisfechas.

¿Qué hay de cierto en todo esto? Diría que el beneficio
de la duda ante todo aquello con lo que tanto se insiste.

Pienso y luego escribo: Si aquello que es cierto necesita
demostración, igual brillaría el oro sin su pulido.

Un bebé maravilloso, pequeño, ese eres tú

Para mi alma completa, mi pequeño hijito,
el más chiquito, y más grande abono en la tierra
de mi corazón Fernando Gabriel















Un bebé maravilloso, pequeño, ese eres tú

Las grandes cosas de la vida,
se dividen en pequeñas,
necesitan ser menos,
para ser mejores,
un bebé maravilloso, pequeño, ese eres tú.

Fernando Gabriel,
cuanto llena eso que se ansía,
sabroso disfrute de lo dulce,
una profecía concretada,
un bebé maravilloso, pequeño, ese eres tú.

Una carita en miniatura,
la sonrisa Este a Oeste,
dientes como los peñones blancos de Dover,
me preguntas quién soy mamá?
Te contesto el deseado,
el de mis anhelos,
ni más ni menos,
a la medida de mis sueños.

Un bebé maravilloso, pequeño, ese eres tú,
sí, derrocho amor,
me deleito viendo ese pelo ensortijado quizás rubio,
brillantes como los destellos de luces de cometas,
cara simétrica con las mejores mejillas del planeta,
la piel más blanca y lisa que ojos jamás hayan podido ver.

Vienes a mi,
yo sólo te espero con los brazos abiertos,
así te acuno,
bello choque de la arena con la espuma del mar,
a temperatura de la caída de la tarde,
así es como recibes toda la ternura que llevo,
y que guardo en reservas sólo para ti.

Un bebé maravilloso, pequeño, ese eres tú,
sólo te duermes si mis ojos son lo último que vez,
si mis brazos son los últimos que te abrazan,
corren caudalosos los ríos donde flotas,
bailan los peces de felicidad ilimitada.

Un bebé maravilloso, pequeño, ese eres tú,
que lindo es el amor,
Te amo Fernando Gabriel.



Me basta con abrazarte

Para mi eterno amor,
mi pequeño hijo Fernando Gabriel

Sentir al llegar de trabajar,
como tus pies avanzan al compás,
rápidamente a la puerta de mi encuentro,
hijito, me basta con abrazarte.

Ojos titiritantes,
de pupilas dilatadas,
rodeadas de un blanco nieve,
que brillan más que la luz del sol al mirarme,
hijito, me basta con abrazarte.

Un cuerpo diminuto junto al mío,
dos alturas,
un sólo nivel,
brazos que se convierten en abrazos,
segundos mágicos de la eternidad,
hijito, mi basta con abrazarte.

Entre lo complejo,
la belleza de lo simple,
aquello que se da,
que se recibe,
un sólo amor,
correspondido,
un beso,
el te quiero,
hijito, me basta me con abrazarte.

Los segundos que traspasan al sin final,
minutos exentos del miedo y de la duda,
ohhh, cuanto te amo,
bebo de una fuente inagotable del amor,
ese que aumenta a raudales.

Hijito, me basta con abrazarte,
aquí no cabe la soledad,
porque si no estoy contigo te pienso,
olvido la respiración,
y disfruto de los momentos inolvidables contigo.

Ambivalencia

Puntos de vista 13 Enero 2014
 
 


PIENSO Y ESCRIBO
 
Iranna Flaviá Luciano
Recientemente escuché una frase
que difícilmente abandone
mi diario vivir ¨La vida es simple,
toma decisiones
y nunca mires hacia atrás¨

En el recorrido de nuestra existencia,
nos componemos
por decisiones que tomamos
a cada segundo; éstas son
las que dirigirán el curso de nuestros días.

Para tomar decisiones, se necesita
de un alto nivel de
madurez mental, y de una dosis
justa de coraje; aquella
que corre por las venas de aquellos
que utilizan este beneficio.

Antes de tomar una decisión,
existen previamente
tiempos, que sirven para analizar
un asunto en particular.

Luego de pensado, posteriormente
se procede a dar el paso
hacia delante, como también
puede ser hacia atrás.

En las decisiones no existen
los puntos intermedios,
ni tibios, ni claroscuros.

En ellas habita la necesidad
imperiosa de elegir el
camino de la  conveniencia.

La ambivalencia es un aspecto
de la duda,
que sólo se obtiene el beneficio
antes de tomar una decisión.

Estar bien con todo el mundo,
andarse con cofradías,
compromete el grado de seguridad
y de confiabilidad
con que nos manejamos.

Las decisiones cumplen con el
sólo fin de que están
hechas para tomarlas,
y destinadas para vivir una vida
de calidad;
ésta es la gracia que nos distingue
de los demás seres vivientes.

Aquellos que deciden, utilizan el
privilegio de lo
personal, una iniciativa que será
única e imperecedera
en el tiempo.

Ni los diálogos, ni las negociaciones,
ni el lugar para
las cuestionantes, ocupan espacio
en un caso cerrado,
y con resultados que no se pueden
alterar.

Opiniones a favor y en contra
se encontrarán de todo
tipo, la mayoría vendrán de aquellos
que sólo disfrutan
con llevar la contraria y hacerse de
complacer, y otras
en respeto a la voluntad tomada.

Pienso y luego escribo: Si como
seres humanos
la ambivalencia nublara nuestros días,
hasta para
respirar dudáramos, y por perder un
segundo, se
marcharía el aliento de vida.