Puntos de vista domingo 18 de noviembre de 2012
PIENSO Y ESCRIBO
Iranna Flaviá Luciano
Tengo que confesar que
como persona muy pocas veces me motivo a seguir a un ser humano terrenal.
Aunque tengo mis
predilecciones por encima de las demás, siempre le he reservado un espacio espacial para maravillarme de toda la creación
de Dios.
Hay ocasiones en que sin
proponérnoslo hacemos un alto en el camino; necesariamente tenemos que
detenernos para prestar atención despacio.
Son esos instantes que
nos ofrece la vida para apreciar la diferencia.
En el mundo son escasos
los elegidos para servir de buque insignia, aquellos que llevarán la delantera
para dejar marcada la estela que los demás deben seguir.
Para muestra de que con
lo bueno y valioso basta, existe en el mundo el presidente estadounidense Barack
Obama.
Obama es un líder conocido
muchos, un influyente que atrae a millones de personas y encanta. Polifacético,
sencillo, agradable, admirable por lo poco que se ufana de todo el poder que
posee.
Es el hombre que ha descubierto
que para ser amado no hacen falta protocolos, que es más querido cuando sale de
campo y viste pantalones cortos, o camisa remangada.
Así es como son bien
vistos los gobernantes, cerca, iguales, humildes, asequibles, servidores,
inteligentes y que tomen las riendas con determinación y entrega.
Que suerte tenemos que el
presidente Barack Obama es el líder de una nación tan amiga a la nuestra.
La tormenta Sandy hizo
reafirmar aquello que pensábamos de la calidad de ser humano sensible que Obama
es, cuando acudió a tiempo en procura de los afectados.
Para ser un referente en
el mundo, se debe anticipar, pensar y sentir por los demás.
Obama vuelve nueva vez a
repetir como presidente de los Estados Unidos. En hora buena ciudadanos del
mundo, bienaventurados los hombres de buena voluntad.
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