A tí

Tú, el lado de mi cama que duerme en un profundo ausente.

Eres, el carcelero que se marchó y dejo libre a la noche y al día.

Ahora, estoy dentro de una casa que no ríe, olvidaste al despedirte decir que volverías.
Aún recuerdo el adiós que ansiaba decirte bienvenido de nuevo a mis brazos.
Continuo sin tí, contigo.

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