Eres, el carcelero que se marchó y dejo libre a la noche y al día.
Ahora, estoy dentro de una casa que no ríe, olvidaste al despedirte decir que volverías.
Aún recuerdo el adiós que ansiaba decirte bienvenido de nuevo a mis brazos.
Continuo sin tí, contigo.
Hermosas palabras...
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