Duarte, el privilegio de tener patria


Iranna Flaviá Luciano
¡Qué linda en el tope estás Dominicana bandera, quien te viera, quien te viera,
más arriba, mucho más!

El orgullo de toda persona se lo dan sus acciones, aquellas que hablan del deber
cumplido.

Iniciamos el largo trayecto de nuestra vida con las pisadas que damos en la tierra,
ese recurso natural que más tarde sientes como parte vital.

Esos terrenos donde comienzas a transitar, son aquellos que luego extrañas y te
causan anhelo si no los tienes.

La identidad de cada cual se la da el nombre, aquel por lo que logramos distinguirnos
de los demás.

Tener el privilegio de decir lo propio, no es más que el resultado de la dedicación
y el sacrificio de un grupo de personas que luchó por elevar sus ideales.

Nuestro Juan Pablo Duarte fue más que un hombre que amó hasta morir esta tierra.

Era un genio que reconoció a muy temprana edad cuál era su propósito, y que hoy
es inmortal por despojarse de todo a cambio de un país libre y soberano.

Fue desapegado de lo material que supo poner en primer lugar la conveniencia de su
nación, dejando a un lado aspiraciones personales.

Inteligente para escoger entre sus más cercanos colaboradores personas que
fueran capaces de defender como él los ideales de libertad.

Sus máximas de ayer son las que hoy como nuevos pobladores de la República
nos permiten admirar su legado.
Qué suerte tenemos como país al poder presenciar el rescate de los valores
patrios celebrando el Bicentenario de Duarte.

Qué suerte tendrán las futuras generaciones si toman como referente el accionar
de Duarte.

Hay figuras que debemos honrar en cada instante de nuestras vidas, para que
su legado se mantenga vivo entre nosotros.

¡ Qué linda en el tope estás, Dominicana bandera!, la gloria es tuya República,
cuna de Duarte, y nosotros, los hijos de la patria que soñó.

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