Lo mucho hasta Dios lo ve


Artículo de opinión publicado en Listín Diario en fecha 20 Abril 2010

EN JUSTICIA
Lo mucho hasta Dios lo ve
Iranna Flaviá Luciano

Cuando el ser humano no conoce de límites termina excediéndose, pues no conoce las consecuencias.

Los bebés a medida que van creciendo se les van enseñando los límites para no hacer daño a los demás y en resumen a su persona.

Ya con uso de razón y conocimiento de causa, al joven se le enseña a no corromper los límites, a mantener las reglas vírgenes, recordándoles las consecuencias.

Pero, ¿Qué es el daño? ¿Alguna vez conociendo específicamente el límite se conoce el daño? porque el daño sólo se conoce cuando corrompemos el límite, lo que genera malestar y sufrimiento en los demás y en la propia persona.

Sólo cuando somos potables, cuando procuramos el bien, cuando nos afecta ver al otro llorar, estamos del otro lado de la moneda; la naturaleza intrínseca de nuestro corazón nos impide ser entes generadores de malestar colectivo.

El ser humano añora ser admirado y aceptado por la sociedad, por esto la herramienta del poder le sienta tan bien. Pero, de qué nos sirve el poder cuando con esto solo atropellamos, irrespetamos, pisoteamos y juzgamos dignidades de personas ajenas.

El episodio del cual todos fuimos testigos recientemente donde la conductora Venya Carolina resultó agredida, fue el reflejo de tomar por las propias manos la justicia frente a los que se entretienen viendo al otro caer.

Hay espacios televisivos que deben ser revisados bajo la pregunta de: ¿Qué beneficios aportan a la sociedad? ¿Cuáles valores fomentan?
Como “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, creo que llegó la hora de rescatar la dignidad y que la justicia tome su rol protagónico.
Pruebas tiene de más.

“Lo mucho hasta Dios lo ve, hay causas que son indefendibles, por más justificaciones que se quieran buscar”.

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