Enemigos amigables


Artículo de opinión publicado en Listín Diario en fecha 27 de marzo de 2011


PIENSO Y ESCRIBO

Enemigos amigables

Iranna Flaviá Luciano

Siempre que destruyas, esa condición te convierte en enemigo. Dependiendo de cual sea tu comportamiento, te hace amigable.

A lo largo de los tiempos hemos observado como en algunos casos los seres humanos establecen una relación amor-odio con el planeta.

A veces resulta difícil entender este proceder, siendo el mundo nuestra casa, ideada con el buen propósito de protegernos y de servirnos de medio para subsistir.

Aquello que llamamos de todos, siempre ha sido tratado como si no tuviera dueño en la colectividad, como si su deterioro no causara efectos directos en nosotros.

El tiempo a veces suele ser muy tolerante con las malas acciones, a veces dura mucho para manifestarse en las condiciones de lo que se requiere hacer en el momento.

Cuando la madre naturaleza se indigna, pasa ralla sin piedad, saldando las cuentas pendientes de las presentes y pasadas generaciones.

Tal vez su único propósito sea defender su posición, y dejar la página en blanco de su historia maltratada pasando de una lección a otra.

Si tomáramos en cuenta su proceder, atada a la frustración que siente por la falta de gratitud de la humanidad, fuésemos capaces de decodificar el mensaje implícito.

Seguimos temiendo sólo el fin, viéndolo lejos y andándole cerca, sin preocuparnos por cuidar celosamente el lugar donde respiramos.

Algunas personas sólo ven las riquezas de la tierra como un proyecto para explotarlo, remotos de la lógica del pensamiento que se disputa entre la mesura y la equidad.

La atmósfera está deteriorada, los glaciales siguen derritiéndose en pleno invierno, el agua se agota, algunos recursos naturales importantes siguen siendo no renovables.

En medio de una ceguera autoinducida, y la falta de valorar en su justa dimensión los privilegios que nos aporta la naturaleza, una buena idea sería concientizar.

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