El vacío de la superficialidad


Artículo de opinión publicado en Listín Diario el 15 de septiembre de 2010


Siempre que tratamos de interiorizar con nosotros mismos para darnos cuenta del por qué no materializamos nuestros sueños, frecuentemente llegamos a la conclusión de que “No hay peor rival que nosotros mismos”.


Esto pasa cuando tanto el hombre como la mujer buscan fuera aquello que dicen no encontrar dentro, esos extras.


El aroma de cada planta es único, como única es la razón por la que fue creada. Así es cada rostro, cada cuerpo y cada alma, distinta y sin igual.


Ser únicos a veces hace caer en la trampa mortal de la comparación a las almas débiles. Ellas constantemente desvían la mirada y se concentran en aquello que no le es inherente.


Los cánones de belleza, los estereotipos, la tecnología y los ídolos, con mensajes a veces distorsionados, pueden crear daños irreversibles en la autoestima.


Muchos humanos por el simple hecho de no tener ni poseer lo que el famoso tiene, pueden llegar a violentar su patrón, hasta el punto de autodiscriminarse.


Es usual en estos tiempos sorprendernos de ver el cambio profundo que ha sufrido en su estructura una persona que poseía una belleza característica.


Lo que me pregunto es, ¿cuándo el ser humano es más feliz, cuando se acepta tal cual es o cuando intenta ser alguien más? ¿Cuándo es feliz primero?, ¿antes de intentar hacer feliz a alguien más?


En el recorrido del descubrimiento personal siempre necesitaremos apoyarnos en la fuerte columna de la debida orientación de parte de los padres y relacionados.


Es necesario filtrar todo aquello que vemos, aún cuando es hermoso para nuestros

ojos, para evitar ser víctimas de la distorsión de la realidad y de la falsa felicidad.


A veces lo que hace falta para ser felices es una excesiva dosis de positivismo, y de ser capaces de llenarnos en nuestro propio vaso.


Es notorio cómo desde adolescentes mucha mala información está perpetrando y se están viendo afectadas las mentes: el vacío de la superficialidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario