La evolución de la materia


PIENSO Y ESCRIBO
La evolución de la materia



Iranna Flaviá Luciano
Artículo de opinión publicado en Listín Diario, en fecha 9/10/2011

Pensar en la muerte es un tema que todo el que se identifica con su día a día deja para después. Son muchos los motivos que tenemos para no pensarla.

Siempre se ha dicho que no nos pertenecemos, que es lo más seguro que se tiene, y que nadie compraría un pasaje de regreso el día que quiera marcharse.

A nuestra parte física se agregan muchos sentidos, que hacen que llamemos a esta morada mundo, muchas de estas no forman parte del ser sino de lo que se obtiene.

Caminamos en el maravilloso suelo del encuentro, y en este transitar reconocemos a nuestra familia, a nuestros amigos, y la naturaleza que nos rodea.

Todo aquello que recordamos, lo que podemos nombrar y experimentar, son la idea del pasado que en el presente llamamos existencia reproducida en un cuerpo.

Si pensamos en el increíble el poder de creación que Dios nos ha otorgado, pensaríamos en lo extraordinario que somos al ser capaces de traer al mundo nuevos seres, con cuerpo y alma integrados.

Nuestra fisionomía es aquello que nos distingue en lo concreto, en ella se encuentran nuestros rasgos, nuestras formas, es la materia que se desintegra.

Nuestra alma contiene aquellos elementos que le dan energía al cuerpo, ella permanece refugiada en lo oculto, en el misterio, intocable. Es indestructible.

Estamos aferrados a la existencia como el tronco de la raíz, sólo cuando somos capaces de pensarnos más allá, entendemos como trascendemos en la independencia.

Si alguien nos preguntara si la muerte es una realidad, aunque entendamos que sí, interiormente preferiríamos decir que es una mentira bien estructurada.

En el tiempo de preferencia mental de los vivientes, personas se marchan a destiempo, pero: ¿Por qué resulta tan difícil prepararse para abandonar aquello que conocemos? ¿Acaso el planificar el tiempo en el reloj ha sido el causante de tantas incongruencias? Para grabar el siempre existirá la mente, con su capacidad incalculable de almacenamiento grabará en ella hasta el más mínimo de los recuerdos.

Si la materia evoluciona, la vida será toda la vida.

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