La fe reprimida



PIENSO Y ESCRIBO

La fe reprimida



Iranna Flaviá Luciano
Artículo de opinión publicado en Listín Diario, en fecha 25/9/2011

Hay algo en la vida de los seres humanos que es seguro, y es que todos nacen con fe.

Esta fe que es lo mismo que la esperanza, se activa como motor impulsor en cada paso de la vida, y alimenta al alma hambrienta por vivir.

Vivimos con una idea de lo que debería ser la existencia, y casi siempre maduramos entendiendo el propósito de nosotros como humanos.

El humano debe entenderse como una unidad integral, como la unión de fuerzas que produce la energía de la tierra. Dice un refrán que “Nadie dijo que la vida iba a ser fácil” y es cierto. La vida perfecta no existe ni en las películas románticas.

Es una ilusión creer que todo debe marchar a la perfección, que nunca nos molestaremos por una situación, que todo se resuelve en un pestañar.

Hay situaciones que sobrepasan fronteras por no haber encontrado una respuesta que deje satisfechos a la mayoría.

Muchos seres humanos por haber reprimido su esperanza después de haber sido lastimados en los más profundo de su ser, no son capaces de perdonar.

Se vuelven destructivos primeros consigo mismos, y después con los demás.

Cuando no desarrollamos una verdadera productividad, ni determinamos para qué somos buenos, nos impulsa el control sobre los demás, la soberbia, la rebeldía, la agitación.

A veces encontramos alivio a algunas situaciones, cuando nos sentándonos un momento a pensar, y separamos la situación de la persona.

Necesitamos entender sin adorarnos que somos una creación extraordinaria, capaces de amar sin límites, que el odio es una salida incongruente y que no hace más felices a las personas.

Cuando nos damos cuenta que como personas sentimos las mismas necesidades, aunque diferimos en algunos casos de patrones culturales y sociales diferentes, somos capaces de amar a nuestros iguales.

Todo lo que produzca deleite en un ser humano, debe ir de la mano con sus obras, con la apertura de oportunidades, y como éste contribuye a que los demás sean mejores personas.

Cuando una puerta se cierra, debemos buscar otra salida, en un mundo que está concebido como libre no existen las esclavitudes.

La mente fue puesta al servicio del ser humano para elegir y valorar aquellas que lo hacen evolucionar.Cuando reprimimos la fe olvidamos: Que somos nuestros propios carceleros.

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