Artículo de opinón publicado en Listín Diario, en fecha 3/7/2011
Una materia que debería ser obligatoria tanto en los planteles escolares como en la universidad, y probada de diferentes maneras es el manejo de las emociones. Más que nunca se hace necesario proceder a actuar con mesura, sabiéndonos rodeados de emociones que dominan todos los escenarios.
Si reconocemos que el punto medio existe, el equilibrio florece; lo necesario será observar en detalle las ramas que componen el árbol del manejo de la situación.
Si optáramos por mirar atrás, encontraríamos una biblioteca infinita de información, que nos arrojará el dato del por qué se actúa de tal manera.
Tanto significado tiene para algunos dar respuesta a todo, que olvidan que a veces ignorar u olvidar algún acontecimiento que no vale la pena tiene más poder.
A veces no es tanto la forma como nos emocionamos lo que trae problemas, es como reaccionamos. Muchas conductas son clasificadas como aprendidas, más para que tenga efecto la evolución del pensamiento y del accionar, necesariamente tiene que antecederse de la evolución en el manejo de las emociones.
Con inteligencia se comportan aquellos que sólo observan fuera de si el desborde, por anticipado se encuentran a salvo de la inundación.
Si pensáramos que a diario escribimos con nuestra conducta el libro más vendido de nuestras vidas, nos motiváramos a producir palabras verdaderamente inspiradoras.
Si una persona fuera de control se observara en cámara lenta después de actuar, desearía adelantar o atrasar el video, para que no sean los segundos los que determinen su futuro.
De decisiones están llenos los días, las horas y los minutos; tanto así que no hay movimiento voluntario o involuntario producido por nosotros que no sea un mandato del cerebro. Manejar las emociones ayuda a las personas a vivir liberados del cautiverio interior.
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