Iranna Flaviá Luciano
Asequible, popular y progresivo, el consumo de alcohol en nuestra sociedad se ha convertido en una enfermedad crónica e irreversible.
Considerada como bebida embriagante, la palabra alcohol proveniente del árabe “Al Kunbul”. De fórmula C2H5OH, desde la antigüedad es una de las drogas más consumidas del mundo.
El alcoholismo es definido como la dependencia física y psicológica prolongada, que genera una necesidad constante de consumir bebidas alcohólicas.
La predisposición genética, el ambiente social o hábitos adquiridos, son algunas de las principales causas por las que las personas tienden a alcoholizarse.
La problemática social que se presenta en República Dominicana es debido a la accesibilidad que tienen los jóvenes para comprar este líquido. Menores de 14 años de edad ya han iniciado el consumo de alcohol.
Estos por su inmadurez y brios son susceptibles a ser influidos. Dan crédito total a los efectos colaterales que podrían generarles el beber cervezas, whiskeys, vodka, entre otros.
Por esta razón, para llegar a todos los públicos e incrementar sus ventas, las principales empresas que comercializan estas bebidas se valen de los medios de comunicación masiva, creando una percepción distorsionada de felicidad, extroversión y virilidad.
Dependiendo del lugar y el momento en que se consuma, este tiende a afectar a cada persona de manera diferente, por lo que no existen parámetros para calificar una cantidad como “normal”.
Defunciones por accidentes, suicidios, problemas laborales, familiares y de salud, son algunas de las consecuencias del consumo del alcohol.
Por esta razón es vital la educación y supervisión de padres hacia los adolescentes en este sentido. Es necesario el control de parte de las autoridades en los principales sitios de expendio de bebidas para que sean penalizados aquellos que vendan bebidas a menores y desproporcionadas para los adultos.
Es necesaria una campaña de concientización a la ciudadanía sobre las terribles consecuencias que esta problemática esta ocasionando a toda la sociedad, para evitar que más adolescentes por su tendencia y desinformación se sumen a los adictos del mañana.
“Jóvenes beber alcohol nunca ha sido sinónimo de tomar a conciencia”.
Asequible, popular y progresivo, el consumo de alcohol en nuestra sociedad se ha convertido en una enfermedad crónica e irreversible.
Considerada como bebida embriagante, la palabra alcohol proveniente del árabe “Al Kunbul”. De fórmula C2H5OH, desde la antigüedad es una de las drogas más consumidas del mundo.
El alcoholismo es definido como la dependencia física y psicológica prolongada, que genera una necesidad constante de consumir bebidas alcohólicas.
La predisposición genética, el ambiente social o hábitos adquiridos, son algunas de las principales causas por las que las personas tienden a alcoholizarse.
La problemática social que se presenta en República Dominicana es debido a la accesibilidad que tienen los jóvenes para comprar este líquido. Menores de 14 años de edad ya han iniciado el consumo de alcohol.
Estos por su inmadurez y brios son susceptibles a ser influidos. Dan crédito total a los efectos colaterales que podrían generarles el beber cervezas, whiskeys, vodka, entre otros.
Por esta razón, para llegar a todos los públicos e incrementar sus ventas, las principales empresas que comercializan estas bebidas se valen de los medios de comunicación masiva, creando una percepción distorsionada de felicidad, extroversión y virilidad.
Dependiendo del lugar y el momento en que se consuma, este tiende a afectar a cada persona de manera diferente, por lo que no existen parámetros para calificar una cantidad como “normal”.
Defunciones por accidentes, suicidios, problemas laborales, familiares y de salud, son algunas de las consecuencias del consumo del alcohol.
Por esta razón es vital la educación y supervisión de padres hacia los adolescentes en este sentido. Es necesario el control de parte de las autoridades en los principales sitios de expendio de bebidas para que sean penalizados aquellos que vendan bebidas a menores y desproporcionadas para los adultos.
Es necesaria una campaña de concientización a la ciudadanía sobre las terribles consecuencias que esta problemática esta ocasionando a toda la sociedad, para evitar que más adolescentes por su tendencia y desinformación se sumen a los adictos del mañana.
“Jóvenes beber alcohol nunca ha sido sinónimo de tomar a conciencia”.
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