El depredador silente

Iranna Flavia Luciano


Voraz, mortal y feroz, es la envestida a nuestra sociedad dominicana a causa del consumo de drogas licitas o ilícitas.

Las drogas son toda sustancia que al ser ingeridas por cualquier vía de acción crean adicción en la persona tanto física como psicológicamente, generando cambios profundos en la forma de proceder y de ver la vida.

Así como los mamíferos depredadores más temidos, son todos los medios directos e indirectos que influyen en los jóvenes y adultos para inducirlos al consumo de estupefacientes. Estos persiguen a su presa, las atrapan, y posteriormente los consumen física y psicológicamente.

Las víctimas abatidas en la mayoría de los casos por cuadros psicológicos de baja autoestima, condicionamientos sociales y conductas hostiles, caen presas de este flagelo por el exceso de curiosidad, tendencias hacia la imitación y supuestos alivios de dolencias.

Con marcadas tendencias hacia la autodestrucción, y sin contar necesariamente con cuadros mentales previos, el adicto a las drogas es un dependiente a tiempo indefinido a sustancias psicoactivas tales como la mariguana, cocaína, inhalantes, tranquilizantes alucinógenos, etc.

Esta problemática que es una realidad en República Dominicana y el mundo, muestran una alarmante tendencia a incrementarse. Menores de edad y un número significativo de mujeres se han sumado al conjunto de los droga-dependientes.

La enfermedad de consumir drogas trae consigo consecuencias inevitables, que varían desde continuas quejas sobre el estado de salud, delincuencia, comportamiento irresponsable y muerte a causa de sobredosis o deterioro de la salud.

Por esto es oportuno por parte de los padres y de la sociedad en general, entender que no conduce a nada hacerse de la vista gorda ante esta realidad. No es una cuestión de demostrase a sí mismo y a los demás que no hay indicios de problemas.

Se necesita una vital intervención de todos los medios para unir fuerzas e impedir que este enemigo peligroso siga avanzando. Es necesario atacar y condenar este mal para evitar su uso. Es preciso mostar públicamente sus consecuencias en crudo.

“Sociedad dominicana acabemos con el silencio y hablemos del vicio de las drogas, es la única forma de evitar que mas y mas jóvenes sean presas fáciles de este flagelo”.

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