La décima mortal


Iranna Flaviá Luciano

Siniestras, catastróficas y mortales son algunas de las decisiones que toman los conductores de vehículos cuando transitan en las principales vías del país, lo que trae como consecuencia el cobro de vidas en una décima de segundo.

La vida que es el poder mas preciado que Dios ha podido conceder a cualquier ser humano, es capaz de perderse en un abrir y cerrar de ojos.

Lo triste es que el factor humano es lo que esta en juego, aún cuando el conductor no valora lo suficiente su vida como para ponerla en peligro, apuesta directa o indirectamente a poner en riesgo la vida de los demás.

Causas fatales como violentar la luz roja de un semáforo, efectuar rebases temerarios, el irrespeto a las señales de tránsito, conducir en estado de embriaguez, son algunos de los factores que visten de luto a muchas familias.

Causas inexcusables como la falta de iluminación en las principales avenidas, la pobre presencia de señales de tránsito en la vía, y el gran deterioro que presentan algunas de las más transitadas carreteras y calles, son algunos de los elementos que determinan una tragedia.

Por esto es necesario un llamado de urgencia no sólo para acudir a recoger los cadáveres y los accidentados en el lugar del hecho, sino para prevenir estas situaciones funestas.

Es necesario que el conductor conozca la gran responsabilidad que tiene en sus manos y en sus pies.

Es preciso crear un plan de seguridad vial a cargo de oficiales patrulleros para controlar aquellos conductores que se encuentren manejando en estado embriaguez y a exceso de velocidad. Es oportuno penalizar aquellos que conducen sin licencia.

Es necesario crear algunas líneas de teléfonos emergencia que sean gratuitas y eficientes, para que estas trabajen en conjunto con los servicios de ambulancia y de esta forma se puedan socorrer en la vía los accidentados.

Es necesaria una campaña masiva de aprendizaje de primeros auxilios para que todos podamos servir para salvar una vida.

Dominicanos es lamentable ver el deterioro en que quedan los vehículos y los accidentados en un incidente; pero mas lamentable sería que esta realidad le toque al que la ve. Pensar en frío evita actuar precipitadamente.

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